¡Buenas! Hoy he decidido traer una historia que escribí hace 2 añacos ya para un concurso. Como cabe de esperar, no fue ganadora, pero me hizo ilusión (era la primera que presentaba en un concurso). Os la dejo aquí y espero que os guste.
Eran las ocho y media cuando los padres de Claire se
marcharon a casa de los Johnson a firmar el contrato de empleo de su padre.
Jessica había llamado por teléfono para contarse cotilleos y noticias sobre el
instituto.
-¿Sabes que Nick y Silvia están saliendo?-dijo su compañera.
-No me digas. Yo creía que Silvia estaba saliendo co…
Un ruido hizo que Claire se levantara de repente del sillón
donde se había sentado. El ruido seguramente procediera del sótano aunque no
estaba segura. Si era del sótano seguramente habría sido alguna rata. Pero…
había oído el ruido de las ratas muchas veces, desde bien pequeña y no podía
garantizar que se tratara de ello, había sido más fuerte e incluso había hecho
que un escalofrío recorriera su columna vertebral.
-Un segundo-dijo dejando el auricular del inalámbrico
colgando de la mesa.
Se dirigió hacia la puerta del sótano y entró. Bajó las
escaleras, y empezó a buscar el causante del ruido. Cuando iba a revisar en la
caja de herramientas de su padre -donde alguna vez habían encontrado alguna
ratilla que se había perdido y a causa de ello muerto- oyó otra vez aquel
ruido, pero esta vez con más intensidad. Eso significaba que cada vez estaba
más cerca. Se volvió y lo que vió la aterró. En frente de ella había una
persona. Muy blanca cuyo pelo azabache largo le tapaba la cara. Estaba
cabizbaja y su cuerpo desprendía una especie de aura rojiza. Cuando levantó la
cabeza pudo ver sus ojos, grises blanquecinos que indicaban ganas de matar.
Ella comenzó a correr pero a cada paso que daba el monstruo
la alcanzaba. Subió las escaleras a toda prisa y atrancó la puerta con una
silla, eso lo mantendría ocupado un buen rato.
Se fue corriendo a la comisaría de policía. Allí la
ayudarían. Lo único que consiguió al contarles su relato fue que llamaran a sus
padres y éstos la llevaran a casa. La habían castigado por hacerles ir a
buscarla a comisaría y que se hubiera inventado una historia. Pero ella sabía
que era real. No tenía visiones paranormales.
A media noche, cuando apoyada en la ventana estaba medio
dormida. Oyó un grito de su madre. Se fue a abrir la puerta de su habitación
para bajar. Pero estaba bloqueada, no tenía más remedio que bajar por la
enredadera. Si salía mal tendría que ir al hospital y a saber si saldría bien
de esa. Cogió y se puso las deportivas más cómodas que tenía y las que más se
adherían. Abrió la ventana y se disponía a empezar a bajar cuando oyó otro
grito. Ésta vez era de su padre. Se subió con prisas al alféizar y tanteó hasta
que encontró una parte de la enredadera donde podría meter el pie para poder
bajar. Empezó a bajar hasta que los últimos diez centímetros los saltó. Se
dirigió hacia la puerta principal de la casa, pero se encontraba cerrada a esas
horas de la noche. Tuvo que buscar a tientas una baldosa despegada y sacarla
con fuerza para conseguir una llave de repuesto que siempre tenían por si acaso
a las llaves las daba por quedarse dentro de la casa como en ese caso. Abrió la
puerta con prisas y se dirigió a la cocina, si tenía que protegerse sería mejor
estar equipada. Cogió una sartén y bajó las escaleras que comunicaban la planta
baja con el sótano. Al bajar el último peldaño se encontró a sus pies un
reguero de sangre que salía de la cabeza de su padre. Unos metros más lejos
otro charco de sangre bañaba esta vez el cuerpo de su madre. A su lado se
encontró la misma bestia que había visto esa tarde. Ahora la miraba con cara de
inocencia pero de repente comenzó a ir a por ella.
Paralizada por el miedo lo único que pudo hacer Claire fue
colocar la sartén en frente de ella antes de que el monstruo la llegara a
tocar. Aturdida, la bestia se desplomó en el suelo quedándose inconsciente.
Con lágrimas a punto de salir de sus ojos, Claire llamó a la
policía y les indicó lo que había ocurrido. Omitiendo lo del monstruo, cuando
llegaran se lo explicaría, si no, pensarían que estaba mintiendo, otra vez.
Cuando varios agentes llegaron a la casa, Claire les explicó
lo que había sucedido durante todo el día y la volvieron a interrogar en
comisaría. Sus padres habían muerto y el monstruo iba a ser llevado a los
laboratorios para investigarlo.
De Claire sólo se supo que la internaron en un orfanato donde
pocos meses más tarde fue adoptada por una familia inglesa.
Fin
¿Y bien? Espero que os haya gustado. Sé que no es de lo mejor, pero es de una pequeña servidora.
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